Cómo ayudar a nuestros hijos a madurar




Uno de los objetivos de la educación de nuestros hijos es conseguir que lleguen a ser personas maduras y responsables, que no se comporten de una forma caprichosa y arbitraria y que sepan moverse en la sociedad por ellos mismos. Nosotros debemos ayudarles a que tomen sus propias decisiones. Veamos qué podemos hacer los padres para ayudar a nuestros hijos a madurar.
Cómo ayudarles a tomar decisiones

Cuando los niños empiezan a crecer, poco a poco tendrán que ir tomando sus propias decisiones, una actitud abierta y positiva de los padres ante este hecho es fundamental para dar a los niños seguridad, fortalecer su autoestima y conseguir que los hijos vayan madurando como personas.

Cuando sobreprotegemos a un hijo, estaremos enviándole la señal de que tenemos poca confianza en él. El niño empezará a asumir que es incapaz de hacer las cosas por sí mismo y le estaremos creando una sensación de inseguridad.

La actitud más acertada es permitir que nuestro hijo vaya tomando decisiones, eso sí siempre debemos aconsejarles y supervisar sus decisiones para que no cometan errores que puedan lamentarse, no obstante cuando no esté relacionado con algo realmente importante, debemos permitirles que se equivoquen, ya que son lecciones que les servirán de experiencia.

Ante este proceso de maduración de nuestros hijos, debemos ser muy positivos, valorar su voluntad y esfuerzo, felicitarles por sus logros y, en el caso de que pensemos que están cometiendo un error, nunca debemos hacer críticas personales, la crítica no es mala en sí misma, puede ser francamente útil en su aprendizaje, pero esta crítica ha de ser siempre constructiva, dirigida a mejorar el desarrollo como persona del hijo y nunca debemos basarla en reproches ni descalificaciones.

También es muy recomendable que poco a poco los hijos vayan asumiendo cierto grado de implicación en las decisiones de la familia, como donde ir en las próximas vacaciones, como organizar la celebración de un cumpleaños, etc.

Conversar con ellos de diversos temas y pedirles su opinión, aunque el tema no les ataña directamente, también les hará sentirse valorados. Le hará reafirmar su personalidad y autoestima.

Cuando los jóvenes tengan que tomar decisiones que atañen a su futuro, como la elección de su orientación académica (asignaturas optativas, tipo de bachiller o carrera que van a cursar), debemos tener en cuenta que ellos tienen siempre la última palabra, ya que se trata de su propio futuro, pero nosotros debemos orientarles y ayudarles a buscar toda la información que necesiten para que la elección esté lo más fundamentada posible.

No obstante, los padres siempre deben tener en cuenta que su vocación no tiene por qué coincidir con la de su hijo y que presionar para que los hijos escojan unos determinados estudios crea incomodidad y falta de realización en el joven y suele tener resultados negativos.

Cómo ayudarles a ser responsables

Desde que nuestros hijos son pequeños, nosotros podemos ayudarles a que establezcan hábitos de estudio diario, por ejemplo, planificando con ellos horarios de estudio e intentando que haya en la casa un ambiente adecuado, también es recomendable que les animemos a que analicen sus actuaciones y a que sean críticos con ellos mismos cuando no cumplen sus expectativas, de esta manera estaremos generando en ellos un afán de superación.

También debemos enseñarles a ser reflexivos y a que analicen los pros y los contras antes de tomar cualquier decisión, por intrascendente que ésta sea. Por ejemplo, cuando van a escribir la carta a los Reyes Magos, deben pensar de qué juguete se pueden cansar antes o qué tipo de juguete les permitirá participar más en el juego y no deben dejarse llevar por la apariencia, por el impacto de un anuncio o por la moda del momento.

Los niños y jóvenes han de ser conscientes de que sus actuaciones y decisiones tienen unas consecuencias y que son ellos y no los padres o cualquier otra persona los que tienen que asumir esas consecuencias. Por ejemplo, si un niño quiere tener una mascota, le pediremos que reflexione sobre las ventajas e inconvenientes de tener un animalito en casa, si continúa con ese deseo y accedemos a comprársela, sería muy importante que sea el propio niño el que se responsabilice de su cuidado y limpieza y en el caso de que sea un perro de sacarlo a pasear siempre que sea factible por la hora del día y la edad del niño.

Madurar en su momento

Para que los hijos maduren de una forma adecuada, necesitan un proceso por el que poco a poco irán asumiendo más autonomía y responsabilidad e irán adquiriendo experiencia en la vida.

Hay circunstancias de la vida, como pude ser la ausencia de los padres, bien por cuestiones de trabajo, por fallecimiento o separación, que exigen a niños y jóvenes tomar roles y responsabilidades que no se corresponden con su edad, esto es inevitable en muchas ocasiones, pero no es lo más aconsejable.

Lo ideal es que la maduración de los niños se haga de una manera natural. Hemos de pensar que no todos los hijos son iguales, algunos son más maduros y otros más infantiles, a algunos les podremos dar más pronto un mayor nivel de autonomía y responsabilidad que a otros. Lo que sí debemos tener en cuenta es que estos conceptos deben ir relacionados, cuanto más libertad y autonomía le demos a nuestros hijos más responsabilidad les debemos exigir.

Trinidad Aparicio Pérez. Psicóloga. Especialista en infancia y adolescencia. Granada

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