La obesidad y la depresión a menudo van de la mano, según un estudio

La naturaleza de la conexión no está clara, pero ambas afecciones pueden tratarse, afirman los expertos

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La depresión y la obesidad tienden a ir de la mano, informaron las autoridades sanitarias de EE. UU.

La combinación era tan habitual que el 43 por ciento de los adultos con depresión también eran obesos, según el informe. La asociación fue incluso más prevalente para las personas que toman antidepresivos: el 55 por ciento de estos pacientes también eran obesos.

La autora del reporte, Laura Pratt, epidemióloga del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de EE. UU., no pudo explicar por qué o de qué modo la obesidad y la depresión aparecen relacionadas tan a menudo.

“Solamente estamos describiendo la relación, pero no tenemos todavía ningún dato que nos permita responder al porqué”, dijo.

Los investigadores sí saben que a medida que aumenta la gravedad de la depresión, también aumentan las probabilidades de ser obeso, dijo Pratt. Sin embargo, el estudio no probó que hubiera causalidad.

Además, el sexo y la raza influían en la conexión entre la obesidad y la depresión. Según el informe, las mujeres que sufrían de depresión tenían más probabilidades de ser obesas que las mujeres que no estaban deprimidas, independientemente del grupo de edad.

Además, un número mayor de mujeres blancas que sufrían de depresión eran obesas que las mujeres blancas con un peso normal. Esta relación no se observó en las mujeres negras ni en las de origen mexicano, hallaron los investigadores.

Tony Tang, profesor adjunto en el departamento de psicología de la Universidad de Pensilvania, ofreció algunas teorías sobre la conexión.

“Tanto la depresión como la obesidad tienen un impacto en muchos aspectos de la vida, y su relación es naturalmente compleja. Algunas de las conexiones son obvias: La obesidad puede provocar una autoestima baja, el aislamiento social y problemas de salud estresantes. Todas estas cosas pueden provocar una depresión. La depresión puede llevar a algunos pacientes a darse atracones de comida y a volverse obesos”, dijo.

La relación es bidireccional, indicó Tang. “Muchos aspectos del estilo de vida moderno pueden provocar tanto depresión como obesidad”, dijo.

Por ejemplo, muchas personas pasan horas viendo la televisión en casa a solas, jugando videojuegos, mirando porno en internet o conduciendo para ir al trabajo, actividades en las que no se queman calorías. Estas actividades también aíslan a las personas, dijo Tang.

“El aislamiento social es el factor de riesgo más importante de depresión, porque el respaldo social puede proteger a las personas de otros factores de riesgo de depresión dañinos”, indicó.

Otro vínculo habitual podría ser la dieta, señaló Tang. Comer en exceso y los hábitos alimentarios malsanos pueden aumentar las probabilidades de depresión y obesidad, dijo.

Los medicamentos para la depresión podrían jugar un papel, dijo Tang. “Se sabe que unos pocos antidepresivos populares, como Paxil, provocan aumentos en el peso. Wellbutrin, un tipo distinto de antidepresivo, podría ayudar en la pérdida de peso”, dijo.

Simon Rego, director de entrenamiento en psicología del Centro Médico Montefiore y del Colegio de Medicina Albert Einstein en la ciudad de Nueva York, afirmó que la psicoterapia puede resultar útil.

“En concreto, la terapia conductual, que normalmente enfatiza la activación conductual, podría ser particularmente útil aquí, ya que un componente de la terapia está diseñado para afrontar la inercia al hacer que los pacientes empiecen a programar y a aumentar poco a poco su nivel de actividad, lo que en teoría llevaría a un aumento de sus probabilidades tanto de mejorar su estado de ánimo como de perder peso”, señaló Rego.

Tang añadió que “llevar un estilo de vida más sano, comer alimentos saludables, beber solamente con moderación, pasar menos tiempo delante de la televisión y en internet, y pasar más tiempo haciendo ejercicio puede ayudar a evitar tanto la depresión como la obesidad”.

Fuente: MedlinePlus
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Laura Pratt, Ph.D., epidemiologist, National Center for Health Statistics, U.S. Centers for Disease Control and Prevention; Tony Tang, Ph.D., adjunct professor, department of psychology, University of Pennsylvania, Philadelphia; Simon Rego, Psy.D., director of psychology training, Montefiore Medical Center/Albert Einstein College of Medicine, New York City; Oct. 16, 2104, report, Depression and Obesity in the U.S. Adult Household Population, 2005-2010

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