¿Información o desinformación? Los errores de la prensa que leemos todos los días
Había una vez un pintor y un zapatero. El pintor se llamaba Apeles y fue uno de los artistas más ilustres de la Edad Antigua, famoso, sobre todo, por ser un crítico muy exigente para con sus propios trabajos. Por eso tenía la costumbre de exponer sus cuadros en la plaza pública y esconderse para escuchar los comentarios de los transeúntes.
Se dice que en una ocasión pasó por allí un zapatero y censuró la forma de una sandalia. Apeles, diligentemente, corrigió el defecto. Al día siguiente, cuando el zapatero volvió a pasar por la plaza y se percató de que la sandalia era perfecta, se envalentonó y comenzó a criticar otras partes del retrato. Obviamente, en este punto salió de su escondite el pintor y le espetó una de las frases más famosas de la historia: “Ne sutor ultra crepidam”. Que en castellano sería algo así como: “Zapatero, a tus zapatos”.
Desgraciadamente, en los últimos tiempos el intrusismo profesional ha vuelto a tomar fuerzas, sobre todo de la mano de Internet. Aunque debo reconocer que la Psicología siempre ha sido una de las ciencias que más se ha prestado a ello. Porque es difícil encontrar a alguien que intente suplantar a un físico nuclear o a un ingeniero civil pero… ¡suplantar a un psicólogo es pan comido! Al fin y al cabo, todos somos un poco psicólogos. O al menos esa es una de las creencias más arraigadas en el imaginario popular.
Y realmente los profesionales de la psiquis ya nos hemos acostumbrado a esta idea pero cuando se trata de la prensa, de medios de comunicación con cierta autoridad, resulta verdaderamente triste ver cómo se desvirtúan las noticias.
Las conclusiones que nunca existieron
Uno de los problemas más comunes son los titulares sensacionalistas que terminan sacando conclusiones a las cuales los investigadores jamás llegaron. Un buen ejemplo de ello es el titular que apareció en el 2005 en el diario El Día donde se leía: “La televisión, los videojuegos y la falta de lectura hacen a los escolares más violentos”. En este caso, se refieren a un estudio realizado en la Universidad Complutense y, dicho de esta forma, parece indicar que los investigadores han hallado una relación causal. Sin embargo, en su estudio se limitan a hacer correlaciones y en ningún momento especifican que la causa de la violencia en los niños sean los videojuegos o la televisión. El diario ABC reporta la misma noticia de manera un poco más cauta pero igualmente errónea: “Los escolares son más violentos cuanta más televisión ven y menos deberes hacen”.
De hecho, en el estudio en cuestión la propia autora refiere: “Nuestros resultados no distinguen si un escolar es menos agresivo porque hace deberes o dedica tiempo a la lectura extracurricular, o si se dedica a esas tareas porque es menos agresivo/a”.
Obviamente, de titulares como este se encuentra llena la prensa mundial. Por tan solo poner otro ejemplo, el diario 20 Minutos informaba: “Beber cerveza, moderadamente, previene el alzheimer”. El titular del ABC es más reservado: “Beber dos cervezas al día puede reducir el riesgo de Alzheimer”.
Lo cierto es que este estudio desarrollado en la Universidad de Alcalá de Henares, indica al final que “el consumo moderado de cerveza posiblemente podría prevenir el Alzheimer y quizás podría ser tomado en cuenta para introducirse en los hábitos dietéticos de la población”. El uso de los “quizás” “posiblemente” y “podría” se debe al hecho de que el estudio ha sido desarrollado con animales y, todos sabemos, que no es tan sencillo trasvolar los resultados a los humanos.
Las estadísticas mutantes
Otros de los errores más comunes se refiere a cambiar las estadísticas o achacárselas a factores del todo inadecuados. Por ejemplo, una de las noticias que hizo el giro de casi todos los diarios españoles rezaba según El Mundo: “Las enfermedades mentales matan a 58.000 europeos cada año” y según ABC: “Las enfermedades mentales matan a 58.000 europeos cada año, más que los accidentes de carretera”. Afortunadamente, El País tuvo algo más de tino y transmitió la noticia tal cual era: “El número de muertos por suicidio en la UE supera al de fallecidos en accidentes de tráfico”.
Publicada en el 2005, esta noticia se refiere a una intervención que realizó el comisario europeo de Sanidad y Consumo, Markos Kyprianus, quien se refirió realmente a la tasa de suicidios. De hecho, son varios los estudios que apuntan las relaciones entre enfermedad mental y suicidio pero identificar ambas ideas me parece excesivo. Por ejemplo, en el 2003 se realizó un estudio muy interesante en la Wellington School of Medicine de la Universidad de Otago donde se precisaba que al menos la mitad de los suicidios que se han relacionado con la enfermedad mental, realmente podrían tener otras causas.
Como podrán presuponer, en lo que se refiere a las estadísticas, otro de los errores más comunes es generalizar los resultados de una muestra pequeña a toda la población. De hecho, deberíamos leer con atención los estudios ya que en los últimos tiempos muchos de estos se desarrollan con una muestra muy pequeña y no representativa.
Por solo poner uno de los ejemplos más recientes, a finales del año pasado el diario Nueva Tribuna publicaba este titular: “La sociedad española sigue siendo machista” para hacer referencia a un informe ofrecido por la Federación de Mujeres Progresistas. El Mundo era más cauto al afirmar: “El 80% de los jóvenes cree que las chicas deben complacer a sus novios”.
En realidad, la investigación contó solo con 1.396 encuestas realizadas a jóvenes de entre 14 y 18 años que estudiaban en Madrid y Burgos. Por ende, estos resultados no solo no pueden aplicarse a todos los jóvenes de España y menos aún a toda la sociedad española.
Errores totales
Por supuesto, siempre existen errores totales que nos ponen los pelos de punta. Vaya, de esos que no tienen explicación posible. Tal es el caso de una de las noticias más recientes de la cual se han hecho eco prácticamente todos los periódicos españoles e incluso algún que otro diario americano. El ABC decía: “Científicos españoles explican por primera vez el fenómeno del aura en las personas” y La Vanguardia dice: “Científicos españoles detallan en qué consiste el fenómeno del aura”.
Pues bien, en primer lugar, el estudio en cuestión parte de una hipótesis anterior formulada en el 2004 por lo que la idea original no es de los investigadores de la Universidad de Granada. Además, cuando leemos el estudio en cuestión, nos percatamos que se ha basado en comparaciones de descripciones subjetivas, lo cual, obviamente, no es una prueba irrefutable. Pero por si fuera poco, justo al final del artículo, los propios investigadores puntualizan: “las discrepancias encontradas (refiriéndose a la comparación de experiencias entre personas con sinestesia y curanderos que afirmaban ver el aura) sugiere que ambos fenómenos son diferentes”. No tengo palabras :-o
En resumen, que quizás la presión por publicar primero la noticia y la escasa formación en el campo investigativo son factores que contribuyen a desvirtuar la esencia de las investigaciones científicas. El resultado ya lo conocemos: nos llegan noticias con errores, algunos son pasables, otros sencillamente garrafales.
¿Cuál es la enseñanza? Que independientemente de la fuente, te preocupes siempre por verificar la veracidad de la información que lees.
Fuentes:
Milán, e. G. et. Al. (2012) Auras in mysticism and synaesthesia: a comparison. Consciousness and Cognition; 21(1) 258-268.
González-Muñoz, M.J.; Peña, A. & Meseguer, I. (2008) Role of beer as a possible protective factor in preventing Alzheimer's disease. Food and Chemical Toxicology; 46(1): 49-56.
Santiesteban, C. (2006) Agresividad en adolescentes y preadolescentes: relaciones con sus hábitos y contextos familiar y social. IV Jornadas Municipales “Familia y Comunidad”.
Ward, J. (2004) Emotionally-mediated synaesthesia. Cognitive Neuropsychology; 21 (7): 761 - 772.
Blakely, T. A. et. Al. Unemployment and suicide. Evidence for a causal association? (2003) J Epidemiol Community Health; 57: 594-600.
Escrito por Jennifer Temática: Psicología sin Reservas
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