Un experimento de Minecraft sobre la naturaleza humana
La naturaleza humana ha demostrado que somos una especie destructiva y predadora, cuyo único interés es satisfacer nuestras necesidades básicas sin importar el costo que estas tengan sobre el ambiente que nos rodea. Hace unos meses, un grupo de investigadores organizaron una especie de experimento social utilizando la libertad que Minecraft ofrece para analizar la conducta humana en los primeros días de nuestra existencia. Los resultados son impresionantes y predecibles a la vez.
El experimento consistió en poner a treinta voluntarios en un mundo predefinido con un espacio confinado con recursos muy limitados. La comunicación entre usuarios en esta sesión se vio muy limitada por razones del experimento. Sin embargo, para evitar trampas o ventajas, la partida sólo podía continuar si los 30 jugadores estaban listos para jugar al mismo tiempo. Estas partidas tenían una duración de 2 a 5 horas seguidas por sesión.
Para los que no conocen el objetivo principal de Minecraft, este consiste en utilizar los recursos que te da este ‘mundo’ para protegerte de los peligros que la noche trae consigo. El personaje aprovecha el día para manufacturar materiales y herramientas y pasa la noche protegido en su pequeño refugio. Bajo este concepto, los treinta jugadores comenzaron a sobrevivir de manera pacífica hasta que los recursos comenzaron a escasear. Una nueva modalidad de Minecraft requería también que cada usuario se alimentara para reponer las fuerzas que actividades tales como caminar, correr, luchar o fabricar cosas consumían diariamente, por lo que los conflictos entre jugadores comenzaron a suscitarse.
Primero escaseó la arcilla para fabricar tabiques que a su vez servían para construir casitas. Luego, los pocos árboles para hacer herramientas, puertas y cercas comenzaron a menguar en números, por lo que los jugadores comenzaron a aventurarse más y más profundo (el espacio confinado no les permitía extenderse horizontalmente) hasta encontrar materiales más preciosos como obsidiana, diamante y metales. En tres semanas, otros materiales como las plantas, las flores y el pasto desaparecieron, causando así la extinción de animales útiles para obtener comida.
En este punto fue cuando se comenzaron a crear cuatro clanes principales que combatían durante todo el día por los recursos para luego formar una alianza temporal en contra de los peligros externos de la noche. A través de las guerras, los clanes cambiaron de miembros, se disolvieron y crearon otros. El objetivo de todos estos conflictos: los mínimos recursos básicos para sobrevivir.
El ambiente destruido lleno de construcciones arrasadas por los combates permanecen sólo como testigos mudos de los conflictos causados por la mala planeación y la ambición. Fortalezas magníficas quedaron totalmente abandonadas al haberse terminado todos los materiales que permitían la supervivencia en ellos. Algunos proyectos sin terminar quedaron varados en este mundo debido al abandono repentino y la muerte de sus fundadores. Todo esto es sólo una de tantas historias que nuestra humanidad ha forjado a lo largo de milenios de existencia ‘civilizada’.
Al final del resultado el recurso más importante fue el pasto. Los clanes comenzaron a arrasar con todos los recursos, por lo que el único sustentable fue defendido hasta el final. La moraleja resultó ser una muy breve historia del ‘avance’ humano. La cooperación sólo está sujeta a la abundancia de recursos hasta que hay que matar por dominar cuando estos escasean. Los humanos no pensamos en preservar y preferimos quitarle al otro antes que encontrar maneras de conservar lo que ya se tiene. Este ‘pequeño’ experimento realmente pone a pensar.
Fuente: Matuk.com
La historia completa (en inglés) se encuentra aquí.
Referencias: GeekoSystem y Minecraft Forum
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